La nueva masculinidad…¿nudista?
Hace unos meses, antes de que la pandemia arrasara con todo y pusiera nuestra vida patas arriba, acudí a una conferencia de aquellas que se hacen con un ponente en el estrado, al que ves a unos metros de ti y rodeado de personas de carne y hueso, a quienes por aquel entonces podías ver la cara completa e incluso respirar su mismo aire sin filtrar. Eso si, todos vestidos. Ahora en las conferencias online nos ahorramos los pantalones y la ropa interior, alguna ventaja tenía que haber.
En la conferencia que os comento se hablaba de nuevas masculinidades y el enfoque me pareció interesante. Hoy en día hablamos de la nueva masculinidad como aquella que asume características tradicionalmente asignadas a lo femenino, desde la expresión más abierta y adaptativa de las emociones hasta el rol de cuidados, tan importante para el desarrollo de la sociedad.
Sin embargo, esto no es tan nuevo y es en este punto que la línea argumentativa del ponente me llamó especialmente la atención. Hasta tiempos relativamente modernos hemos asumido la rigidez de los roles de género, y desde la Sociología o la Psicología se ha escrito mucha literatura sobre el “padre ausente”, pero esto no es totalmente cierto, al menos en apariencia. Os cuento.
Hasta la revolución industrial el trabajo de la mayoría estaba vinculado a la tierra; agricultura, ganadería, caza o pesca eran las labores productivas a la que se dedicaban los hombres mientras la mujer se ocupaba del cuidado de los niños, los ancianos y los enfermos de la familia. El trabajo del hombre estaba cerca de la casa y por lo tanto no podemos hablar de manera estricta de ese “padre ausente” del que tanto se ha escrito.
De algún modo los hombres estaban presentes en la vida de los hijos y podían influir en su educación, al menos con su ejemplo, aunque no en la misma medida que las madres, obviamente.
Fue con el fenómeno de la revolución industrial que todo cambió. Los hombres comenzaron a trabajar en fábricas, lejos de casa, en jornadas interminables y extenuantes. En ese momento sí, comenzó de manera más intensa la “desaparición del hombre” del entorno doméstico, el famoso y denostado “padre ausente”.
En nuestros días las cosas han cambiado bastante y los hombres podemos actuar de maneras diversas sin que se nos tache necesariamente de “poco hombres”, cavernícolas a un lado, eso sí. Los derechos laborales y las medidas de conciliación de la vida laboral y familiar han ayudado mucho.
Y esto, aunque no lo parezca, tiene que ver con el nudismo. En serio, no me he equivocado de blog.
Hay una cuestión fundamental para que el mundo funcione y que ya he nombrado en esta entrada, es la cuestión de los cuidados. Sin cuidados nos morimos, el ser humano necesita cuidados. Producir es importante pero cuidar es imprescindible. Hay que cuidar la casa, la alimentación, la higiene, la salud, hay que cuidar a los niños, a los mayores, a los enfermos, a los dependientes, hay que cuidar las relaciones sociales, en definitiva, la vida en la tierra depende de los cuidados. Poco a poco los hombres vamos entendiendo y asumiendo esto, con el consiguiente cambio de roles.
Y en este punto conecto el relato argumentativo con el nudismo. Porque desnudarse es mucho más que quitarse la ropa. Desnudarse, desnudar, desnudarnos, tiene mucho que ver con los cuidados. Al menos yo lo veo así, me resulta imposible no poner la mirada en el cuidado.
Desnudos somos más vulnerables, al menos en apariencia. Estamos más expuestos pero también somos más honestos, hay menos artificio, hay más verdad. Y cuando nuestros hijos, o los niños que nos rodean, ven que nos mostramos con naturalidad, les estamos cuidando. Y les estamos cuidando bien.
A mí me gusta mucho observar y cuando voy a las playas nudistas veo a muchos hombres cuidando de sus hijos, jugando con ellos, disfrutando juntos. Y pienso, joder, cuánto hemos cambiado en las últimas décadas.
Veo a hombres más cercanos, que muestran sus emociones, honestos, cariñosos, hombres que cuidan y que disfrutan cuidando. Y pienso, me gusta pensar, que el nudismo ayuda a cuidar mejor. Porque lo verdaderamente importante es cuidar sin miedo, sin prejuicios, sin ocultación. Y si cuidamos desde la honestidad, estamos cuidando bien.
Así que cuando oigo hablar de un nuevo paradigma en la masculinidad, cuando oigo hablar de las necesarias nuevas masculinidades, pienso en lo mucho que el nudismo nos ayuda a ser mejores, también a ser mejores hombres.
¿Os imagináis que seamos las mujeres y los hombres nudistas quienes iniciemos la verdadera y definitiva revolución en los roles de género?
Yo, lo he soñado. ¿Lo hacemos?
Eladio
Nota: las fotos que acompañan este artículo son de amigos a quienes quiero dar las gracias por permitir que se publiquen, es una bonita forma de ilustrar mi idea, porque tengo la suerte de tener amigos que cuidan. Bueno, el del cuadro que amamanta a un bebé no es amigo mío, pero me encantaría.
Fuente: https://desnudizate.blogspot.com/2020/12/la-nueva-masculinidad-nudista.html
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